En pleno pirineo navarro, entre los valles de Aezkoa y Salazar, encontramos el segundo hayedo-abetal más grande de Europa, por detrás de la Selva Negra. Estamos hablando de 17.000 hectáreas, así que no se emocione nadie con la idea de recorrerla a patita en una tarde 😉

Aunque es un lugar que constituye un gran atractivo naturalístico todo el año, he de reconocer que cuando más me llama la atención este sitio es en otoño, momento en que podremos apreciar la extensa policromía de sus bosques.
Ni que decir tiene que las actividades en un lugar como este no quedan limitadas únicamente al senderismo, pues hay una amplia variedad de posibilidades para disfrutar por la zona. Una de las opciones más populares son las rutas en 4×4 desde Garralda, que os llevará hasta las entrañas de Irati. También podréis hacer rutas en bici o pasar por el Centro de Interpretación de la naturaleza de Ochagavía. Si vais en invierno, podréis hacer esquí de fondo en el Centro de Montaña Irati – Abodi.
De todas formas, os dejamos al final del post un enlace con los senderos más recomendables (y sus accesos) para hacer en este lugar. Y antes de que os lancéis al enlace, última recomendación si lo que nos interesa es la Selva de Irati: alojamiento en Ochagavía (algo carillo) o Isaba.

Sin duda, es un imprescindible para aquellos que adoramos disfrutar del paisaje.